El otro día Felipe y yo fuimos a comprar. No lo hacemos mucho, porque solemos comer poco, lo nuestro es más beber y eso lo hacemos en los bares. Pero como teníamos hambre y nos habíamos propuesto cambiar, o intentar cambiar, fuimos al supermercado.
El supermercado es un sitio ideal para comprar comida, para conocer a la mujer de tu vida y para deleitarte mirando a las lindas empleadas que trabajan allí. Así que nuestra primera impresión es tenemos que volver más a menudo a este garito que hay unas pibas aquí.
Pero como íbamos con una misión nos preocupamos de cumplirla. Buscamos los productos a comprar, pero no sé por qué no los encontrábamos. Cereales de determinada marca, de determinado estilo, con cierto sabor. No había.
Salsa de tomate de esta marca, con un buen sabor, la textura correcta, el olor preciso. No había. Patatas fritas de estar marca, con ese crujido característico, el toque preciso de sal, el sabor estupendo. No había. Helado con trocitos, espectacular de postre o cuando te deja el novio, chocolate, crema, sácalo un poco antes del congelador. No había.
Preocupados buscamos a la dependienta más guapa y le preguntamos qué pasaba. Y nos dijo que no tenían marcas, que las marcas ya no existían que ahora había una única marca, la marca blanca. Por más detalle la de allí se llamaba Hacendaño. Y algunas cosas estaban ricas, pero otras nos han decepcionado.
Felipe lleva días sin comer. Y yo no sé bien qué hago, pero todo me sabe mal, menos la cerveza. Pero esa la compro en el bar. Total, que es mucho mejor beber que comer. Te llevas menos desilusiones.
El supermercado es un sitio ideal para comprar comida, para conocer a la mujer de tu vida y para deleitarte mirando a las lindas empleadas que trabajan allí. Así que nuestra primera impresión es tenemos que volver más a menudo a este garito que hay unas pibas aquí.
Pero como íbamos con una misión nos preocupamos de cumplirla. Buscamos los productos a comprar, pero no sé por qué no los encontrábamos. Cereales de determinada marca, de determinado estilo, con cierto sabor. No había.
Salsa de tomate de esta marca, con un buen sabor, la textura correcta, el olor preciso. No había. Patatas fritas de estar marca, con ese crujido característico, el toque preciso de sal, el sabor estupendo. No había. Helado con trocitos, espectacular de postre o cuando te deja el novio, chocolate, crema, sácalo un poco antes del congelador. No había.
Preocupados buscamos a la dependienta más guapa y le preguntamos qué pasaba. Y nos dijo que no tenían marcas, que las marcas ya no existían que ahora había una única marca, la marca blanca. Por más detalle la de allí se llamaba Hacendaño. Y algunas cosas estaban ricas, pero otras nos han decepcionado.
Felipe lleva días sin comer. Y yo no sé bien qué hago, pero todo me sabe mal, menos la cerveza. Pero esa la compro en el bar. Total, que es mucho mejor beber que comer. Te llevas menos desilusiones.
Marcas blancas
1 comentario:
Entiendo parte de lo que dices, lo que yo hice fue dejar de ir a comprar a ese Supermercado que citas que creo se trata de Mercadona. Porque lo único que encuentras son las coñas de sus marcas blancas, que por cierto por mucho que den la brasa son malisimas. Por tanto cambia de super a otro donde puedas encontrar lo que buscas.
Un saludo
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