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miércoles, septiembre 09, 2009

MEMORIAS

Tenía que pasar. Era esperable. Y mucho ha tardado en ocurrir. Tragabirras como somos, hicimos el típico fiestón de los martes. Que se trata de lo mismo que hacemos los lunes. Y los jueves. Y los sábados. Y los viernes. Y hasta los domingos.
El caso es que Felipe, de tanto y tanto darle al alpiste ha perdido la memoria. No sabe cómo se llama, dónde está, quiénes somos nosotros. Eso sí, reconoce la cerveza, sabe que le gusta y que siempre quiere más.
Como se aburría y tal vez sirva como plan de choque y le haga recuperarse, le hemos llevado a dar una vuelta por la ciudad. Hemos visitado la panadería. Y la panadera, a la que siempre tira los tejos, le ha guiñado un ojo. Pero no ha recuperado la memoria. Eso sí, se ha enrollado con la panadera.
Hemos visitado la biblioteca. Pero eso no le ha ayudado a recordar porque nunca ha estado allí antes. Hemos pasado la tarde en el centro comercial. Y se lo ha pasado como un enano. Luego cuando había que pagar se ha llevado un berrinche porque no recordaba que había que pagar.
Hemos estado en la oficina donde trabajamos. Y eso tampoco le ha ayudado. O ha disimulado para que no le hicieran currar. Cosa que, sinceramente, hubiéramos hecho todos.
Como ya estábamos cansados hemos entrado en el bar de siempre. Todo seguía igual, hasta que Felipe ha dicho, Pepe, ponme una cañita. Le hemos mirado. Él ha despertado de su sueño y se ha acordado de todo. Ha besado a Pepe y se ha bebido un barril entero. Mañana tendremos que hacer el mismo trayecto que hoy.

Barriles, llenos esperamos

3 comentarios:

la judith dijo...

me pregunto si a felipe
le han quedado espacios en blanco
y de ser así
de qué color va a pintarlos

Julio Vegas dijo...

Felipe es un crack!

NO NOS MATA dijo...

hare lo mismo. para cuando quiera no pensar.