Después de bastante tiempo alejado del mundo bloggero, voy a dedicar mi primer post de esta temporada a un fiestón total que conocí el año pasado, he visitado nuevamente éste y que se llama popularmente "La feria".
Y para disfrutarla te tendrás que desplazar a la manchega ciudad de Albacete, que por suerte, está cerquita de Toledo y Madrid (entre 2 y 2:30 horas). Para el que se esté preguntando que qué tienen estas fiestas de especial, pues se lo digo ahora mismo: un ambiente cojonudo y con gente para aburrir; una gastronomía deliciosa y que los que vivimos en tierra de nadie, desconocemos pese a ser tan castellano-manchegos como los albaceteños; y en último lugar, los redondeles, que por mucho que lo explique, no se entiende bien hasta que se está en ellos y te dices: "¡Joder, qué buena idea!".
En el fondo, no se distinguen demasiado de las fiestas de, por ejemplo, Illescas, ya que hay toros, pedales, recinto ferial, casetas, etc. Pero en la forma, se distingue un huevo por lo que ya dije, los redondeles. Estos vienen a ser una especie de recinto ferial con forma de diana en la que cada círculo acoge desde cuchillerías y bancos, a bares de todo tipo y para toda orientación. y así, la gente sale de mañana, empieza en los redondeles de cañeo y pincheo, después se pasa a los mojitos (algunos a los "Miguelitos de la Roda" con sidra) hasta la hora de cenar, y ya entonces, a por los cubatas de rigor.
Y pese a que está petao, pero petao de pelotas, los servicios de limpieza son más que eficientes y está todo que da gusto (o casi todo, que los baños siempre serán baños).
Como son días de 10 de desfase, imaginaos como acaban los cuerpos, pero pese a ello, jovenes, adultos y viejunos, se dan cita a diario después del trabajo y cada uno se la coge según le aguanta el hígado. En resumen, la feria es una mezcla de gente de todo tipo, agobiante la mayoría de las veces, pero que se disfruta, se vive y se contagia, de verdad ¡Sí hasta ya ha sido declarada de Interés Turístico internacional!
Así que, el que tenga algún día libre, hasta mañana aun tiene tiempo de pasarse por allí y constatar lo que aquí os digo ¡Ea!
Y para disfrutarla te tendrás que desplazar a la manchega ciudad de Albacete, que por suerte, está cerquita de Toledo y Madrid (entre 2 y 2:30 horas). Para el que se esté preguntando que qué tienen estas fiestas de especial, pues se lo digo ahora mismo: un ambiente cojonudo y con gente para aburrir; una gastronomía deliciosa y que los que vivimos en tierra de nadie, desconocemos pese a ser tan castellano-manchegos como los albaceteños; y en último lugar, los redondeles, que por mucho que lo explique, no se entiende bien hasta que se está en ellos y te dices: "¡Joder, qué buena idea!".
En el fondo, no se distinguen demasiado de las fiestas de, por ejemplo, Illescas, ya que hay toros, pedales, recinto ferial, casetas, etc. Pero en la forma, se distingue un huevo por lo que ya dije, los redondeles. Estos vienen a ser una especie de recinto ferial con forma de diana en la que cada círculo acoge desde cuchillerías y bancos, a bares de todo tipo y para toda orientación. y así, la gente sale de mañana, empieza en los redondeles de cañeo y pincheo, después se pasa a los mojitos (algunos a los "Miguelitos de la Roda" con sidra) hasta la hora de cenar, y ya entonces, a por los cubatas de rigor.
Y pese a que está petao, pero petao de pelotas, los servicios de limpieza son más que eficientes y está todo que da gusto (o casi todo, que los baños siempre serán baños).
Como son días de 10 de desfase, imaginaos como acaban los cuerpos, pero pese a ello, jovenes, adultos y viejunos, se dan cita a diario después del trabajo y cada uno se la coge según le aguanta el hígado. En resumen, la feria es una mezcla de gente de todo tipo, agobiante la mayoría de las veces, pero que se disfruta, se vive y se contagia, de verdad ¡Sí hasta ya ha sido declarada de Interés Turístico internacional!
Así que, el que tenga algún día libre, hasta mañana aun tiene tiempo de pasarse por allí y constatar lo que aquí os digo ¡Ea!
¡Hasta arriba!
3 comentarios:
Por mucho que te cuenten es imposible entender la feria hasta que te acercas hasta ella, paseas por sus calles, disfrutas del tradicional mojito del Templete, de sus camareros y de, a pesar de todo, encontrarte a un montón de gente conocida.
Recomendación clara y directa: visitar la Feria de Albacete, es buenisma!!!
¡Y viva Mariano!
Me alegra que hayas podido disfrutar de la feria de Albacete, que a pesar de la crisis...sigue tan cojonuda como siempre...y los mojitos cada vez más buenos. Un saludo.
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