Este último tiempo ha pasado para Laura muy rápido. No se ha dado cuenta de que los días se iban sucediendo formando semanas y meses. Todo ha sido como un continuo, como una semana larga y muy placentera. Conversar con Ana. Trabajar. Desayunar con Luis. Ir a casa. Volver a salir. Volver. Dormir. Todo muy rápido.
Hay, es cierto, partes que se le han hecho más pesadas. Sobre todo la parte final de los días, cuando había de quedarse en casa con Rubén, los días que no iba a ver a Ana, o los que no quedaba Luis. Algunas noches Luis y ella se han visto. Han tomado una copa por ahí. Hablan mucho los dos. Luis la hace reír.
Alguna vez, en algún sitio les han tomado por una pareja. Y se han reído. No han desmentido nada. No han precisado hacerlo. No era necesario. Laura entonces ha pensado en esa posibilidad, en cómo sería su vida con Luis y no con Rubén. Pero como la fantasía es muy fuerte ha decidido pararla. Y disfrutar del momento.
En las conversaciones con Ana, en esas conversaciones de las que desapareció Rubén hace ya bastante tiempo, Luis es un tema preeminente. A Ana le hace menos gracia Luis que Rubén. Extrañamente ha tomado partido por uno, sin que se lo pidieran. Tiene un favorito. Y es Rubén. Y sabe por qué es Rubén. Y ve algo que no puede decirle a Laura, que no se atreve a decir a Laura, pero que sabe que tendrá que decirle tarde o temprano.
A Ana eso no le gusta, no le gusta ser la consciente, la seria de las dos. Pero se ha dado cuenta de que cada vez más está tomando ese papel. Y que es necesario que lo haga. El hecho de tomar partido por Rubén le ha hecho tomarle algo de manía a Luis. Y ve cosas que Laura no ve. Y ve cosas que comenta con Jaime y que Jaime sí ve porque las lleva viendo mucho tiempo.
Todo este tiempo se le ha pasado rápido a Laura y le va dejando marca en la memoria, se va impresionando en sus recuerdos mejores.
Hay, es cierto, partes que se le han hecho más pesadas. Sobre todo la parte final de los días, cuando había de quedarse en casa con Rubén, los días que no iba a ver a Ana, o los que no quedaba Luis. Algunas noches Luis y ella se han visto. Han tomado una copa por ahí. Hablan mucho los dos. Luis la hace reír.
Alguna vez, en algún sitio les han tomado por una pareja. Y se han reído. No han desmentido nada. No han precisado hacerlo. No era necesario. Laura entonces ha pensado en esa posibilidad, en cómo sería su vida con Luis y no con Rubén. Pero como la fantasía es muy fuerte ha decidido pararla. Y disfrutar del momento.
En las conversaciones con Ana, en esas conversaciones de las que desapareció Rubén hace ya bastante tiempo, Luis es un tema preeminente. A Ana le hace menos gracia Luis que Rubén. Extrañamente ha tomado partido por uno, sin que se lo pidieran. Tiene un favorito. Y es Rubén. Y sabe por qué es Rubén. Y ve algo que no puede decirle a Laura, que no se atreve a decir a Laura, pero que sabe que tendrá que decirle tarde o temprano.
A Ana eso no le gusta, no le gusta ser la consciente, la seria de las dos. Pero se ha dado cuenta de que cada vez más está tomando ese papel. Y que es necesario que lo haga. El hecho de tomar partido por Rubén le ha hecho tomarle algo de manía a Luis. Y ve cosas que Laura no ve. Y ve cosas que comenta con Jaime y que Jaime sí ve porque las lleva viendo mucho tiempo.
Todo este tiempo se le ha pasado rápido a Laura y le va dejando marca en la memoria, se va impresionando en sus recuerdos mejores.
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