Y en el momento supremo de lo que llevaba de vida en común (tal vez en el momento supremo de toda su vida, vida triste si este era su momento, vida de la que rescataría el primer pecho que vio y tocó y el día aquel que su equipo ganó la liga) ella le dijo:
- Ahora no, acabo de pintarme los labios.
Terminando de pintarse los labios.
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