Los que me conocéis sabéis que es una mentira definirme como un hombre fuerte. No soy un hombre fuerte, soy un hombre gordo. Aunque es casi seguro que para todos los que me conocéis no soy el hombre más gordo que habéis visto.
Saco a la luz este dato en referencia a la jornada de compras que viví ayer. Para un hombre de mi tamaño suele ser difícil encontrar ropa. No soy demasiado grande, pero soy grande y la ropa grande se acaba antes porque se distribuye menos (o eso te dicen en las tiendas, existe la probabilidad de que en realidad haya más gordos que gentes de la talla M). Pero sucede que alguna vez encuentras algo de la que se supone que es tu talla y que te gusta y te parece que tiene un precio que te puedes permitir. Entonces te lo pruebas y…
Resulta que pareces el increíble Hulk a punto de tener un estallido de rabia y dejar toda la ropa excepto los pantalones hecha jirones. ¿Por qué la talla XXL de Springfield es tan pequeña? No lo sé. Parece hecha para gordos minúsculos. O para gordos que quieran dejar de serlo y sirva así de acicate el tener esa chaqueta que te has comprado y quieres un día estrenar.
Bueno, vas a otra tienda y buscas otra prenda que te apetezca, pero a pesar de que no la vas a estallar, de momento, nunca se sabe si un día comes mucho, no te la puedes abrochar sin parecer azul como un pitufo, color azul motivado por la asfixia que te produce dicha prenda.
Total, que al final te vas al Corte Inglés (de nada por la publicidad) que al final es el sitio donde tienen una ropa que te puedes poner. No es una tienda moderna. Pero tiene chicas guapas atendiendo y ropa que te entra. ¿Aprenderán los demás?
Otro grave problema está en la ropa en sí misma. Quiero una sudadera sin gorro. Pero sólo las hacemos con gorro, señor. Ya, pero es que a mí me gustan sin gorro. Pero sólo las hacemos con gorro. O, No me gustan las rayas horizontales. Este año se llevan las rayas horizontales. Ya, ¿no tenéis nada sin ellas? Este año se llevan las rayas horizontales. Así que te quedas sin comprar nada. La uniformidad es la moda. Aunque siempre hay opciones, puedes hacerte tú mismo la ropa, ganar la primitiva y pagar un sastre, ligarte a John Galliano (esto no parece recomendable) o si no quieres… puedes ir desnudo. Y bastante sufrimiento hay en el mundo para que encima yo salga al mundo desnudo.
Y un último problema, ¿Por qué los libros de bolsillo no caben en los bolsillos? Quieres llevar un libro en el bolsillo para leerlo en el parque, en la calle o para dejárselo a un amigo. Pero no cabe en el bolsillo. ¿Es culpa del bolsillo? Pues muchas veces sí, porque no te cabe ni la cartera, a pesar de que esta es cada vez menos voluminosa ya que ni lleva carné de conducir enorme ni nada. Pero también es culpa de las editoriales, que hacen libros de bolsillo grandes, grandes que no caben ni el maxi bolso de algunas mujeres. Es paradójico que precisamente la colección Debolsillo sea la más grande y no quepa en un bolsillo ni cortada por la mitad. Menos mal que los chicos de Alianza hacen libros de bolsillo que caben en algunos bolsillos, que si no…
Y ya en otro orden de cosas, hoy se cierra la exposición de Ana Rodríguez en el Centro Cultural. Pasaros por allí si estáis a tiempo (cierra a las 14). Pero si no podéis no penséis que Ana acaba aquí o que la guardamos en una caja, dobladita con sus cuadros y tal. No. Ana sigue en sus ilustraciones, en su blog (buscad el enlace), en Creatura (y que siga muchos años) y si no podéis aguantaros u os come la curiosidad hay incluso un correo en el que podéis contactarla. No tenéis excusa, amigos.
Saco a la luz este dato en referencia a la jornada de compras que viví ayer. Para un hombre de mi tamaño suele ser difícil encontrar ropa. No soy demasiado grande, pero soy grande y la ropa grande se acaba antes porque se distribuye menos (o eso te dicen en las tiendas, existe la probabilidad de que en realidad haya más gordos que gentes de la talla M). Pero sucede que alguna vez encuentras algo de la que se supone que es tu talla y que te gusta y te parece que tiene un precio que te puedes permitir. Entonces te lo pruebas y…
Resulta que pareces el increíble Hulk a punto de tener un estallido de rabia y dejar toda la ropa excepto los pantalones hecha jirones. ¿Por qué la talla XXL de Springfield es tan pequeña? No lo sé. Parece hecha para gordos minúsculos. O para gordos que quieran dejar de serlo y sirva así de acicate el tener esa chaqueta que te has comprado y quieres un día estrenar.
Bueno, vas a otra tienda y buscas otra prenda que te apetezca, pero a pesar de que no la vas a estallar, de momento, nunca se sabe si un día comes mucho, no te la puedes abrochar sin parecer azul como un pitufo, color azul motivado por la asfixia que te produce dicha prenda.
Total, que al final te vas al Corte Inglés (de nada por la publicidad) que al final es el sitio donde tienen una ropa que te puedes poner. No es una tienda moderna. Pero tiene chicas guapas atendiendo y ropa que te entra. ¿Aprenderán los demás?
Otro grave problema está en la ropa en sí misma. Quiero una sudadera sin gorro. Pero sólo las hacemos con gorro, señor. Ya, pero es que a mí me gustan sin gorro. Pero sólo las hacemos con gorro. O, No me gustan las rayas horizontales. Este año se llevan las rayas horizontales. Ya, ¿no tenéis nada sin ellas? Este año se llevan las rayas horizontales. Así que te quedas sin comprar nada. La uniformidad es la moda. Aunque siempre hay opciones, puedes hacerte tú mismo la ropa, ganar la primitiva y pagar un sastre, ligarte a John Galliano (esto no parece recomendable) o si no quieres… puedes ir desnudo. Y bastante sufrimiento hay en el mundo para que encima yo salga al mundo desnudo.
Y un último problema, ¿Por qué los libros de bolsillo no caben en los bolsillos? Quieres llevar un libro en el bolsillo para leerlo en el parque, en la calle o para dejárselo a un amigo. Pero no cabe en el bolsillo. ¿Es culpa del bolsillo? Pues muchas veces sí, porque no te cabe ni la cartera, a pesar de que esta es cada vez menos voluminosa ya que ni lleva carné de conducir enorme ni nada. Pero también es culpa de las editoriales, que hacen libros de bolsillo grandes, grandes que no caben ni el maxi bolso de algunas mujeres. Es paradójico que precisamente la colección Debolsillo sea la más grande y no quepa en un bolsillo ni cortada por la mitad. Menos mal que los chicos de Alianza hacen libros de bolsillo que caben en algunos bolsillos, que si no…
Y ya en otro orden de cosas, hoy se cierra la exposición de Ana Rodríguez en el Centro Cultural. Pasaros por allí si estáis a tiempo (cierra a las 14). Pero si no podéis no penséis que Ana acaba aquí o que la guardamos en una caja, dobladita con sus cuadros y tal. No. Ana sigue en sus ilustraciones, en su blog (buscad el enlace), en Creatura (y que siga muchos años) y si no podéis aguantaros u os come la curiosidad hay incluso un correo en el que podéis contactarla. No tenéis excusa, amigos.
3 comentarios:
Estoy de acuerdo contigo.
Esto de la moda es un asco. Recuerdo el otoño del 99,por estas fechas se casó un tío mío y, por aquel entonces se llevaban los colores oscuros. Al final nos encontramos a todos los invitados vestidos de negro, aquello parecía un funeral.
Por cierto, gracias por hacerme tanta publicidad de la expo, la verdad es que al final ha ido bastante gente.
Yo también. Para las tallas no suelo tener problema, pero los devenires de la moda me joden bastante. Por ejemplo los pitillos. Ahora el 90€ de los vaqueros, son apitillados, y joder, a mí no me quedan bien ¡Me cago en la leche!
Genial la exposición, Ana. Y me alegro de que te hayan visitado bastante!
ya ves, pues imaginate las tias, que aunque esten delgadas la 36 es de niña pequeña, ellas si que sufren, que nosotros los tios, con un chandal vamos "apañaos"
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