VENTOSIDADES

Esta mañana me encontraba limpiando mis dientes después de un copioso desayuno cuando, después de notar una serie de estertores estomacales y un bullicio intestinal que ni el Metro de Madrid en Navidad, experimenté como un soplo de gas abandonaba mi cuerpo acompañado de un sonoro"¡Ptrrrr!". Casi instantáneamente, un putrefacto olor inundó mis fosas nasales y ahí me di cuenta de que, pues eso, ¡Me acababa de tirar un buen cuesco mañanero! Y ha sido una total revelación que las musas vinieran a verme bajo esa forma gaseosa, porque en esos momentos estaba justamente pensando acerca de qué hablar en el post de hoy. "¡Hablemos de pedos!" me he dicho. Y como veis, en ello estamos, mis queridos amigos.

"¿Qué es un pedo exactamente y por qué nos los tiramos?" Os preguntareis, sin ninguna duda. Bien, un pedo es un compuesto de gases altamente variable, expelido por el ano, con o sin sonido y con un olor un tanto desagradable, sino insoportable. Está formado por parte del aire que respiramos y los gases resultantes de las reacciones químicas entre los ácidos estomacales, fluidos intestinales y demás flora microbiana, produciendo: Dióxido de Carbono, Hidrógeno y Metano.

Y es que cualquier cosa que comamos o bebamos nos provoca gases, ya que en el momento de ingerir la comida, ésta viene acompañada de bocanadas de aire. Y ese gas, tendrá que abandonar nuestro cuerpo por un lado o por otro, así que, o eres uno de esos escasos mutantes que pueden expulsarlo por las orejas, o estarás parte del día (y la noche) eruptando y tirándote pedos, por desagradable que os parezca (Sí, nenas, sí, ¡Os cagáis y bastante!)

¿Por qué apestan los pedos? El nauseabundo olor (y no me vengáis con que los vuestros no huelen, cachondos) se produce en el proceso bacteriano de convertir nuestros alimentos en nutrientes útiles, ya que estos ansiosos microbios "digiere-comidas" producen un oloroso subproducto mezcla de Azufre y Sulfuro de Hidrógeno que huele a puta mierda (el mismo hedor que emana de los huevos podridos ¿Hay alguien que haya empezado ya a vomitar?).

Y de todo lo que nos zampamos, son los azucares los que tienden a producir una respuesta más agresiva y pestilente. Concretamente destacamos:

- Fructosa: Ingrediente natural de la... ¡Fruta! Y que a menudo se presenta concentrado en refrescos y zumos. Así que, ¿Te hinchas a Coca-cola y Zumosol? Eres un pedorro.

- Lactosa: El ingrediente natural dulce de la leche, también presente en alimentos como el pan y los cereales ¿Un buen bocadillo? Cuesco al canto.

- Rafinosa: El secreto ingrediente gaseoso presente en las alubias, que también abunda en el brócoli, coliflor, repollo, espárragos y otras verduras y vegetales ¿Crudívoro? Mega-pedorro.

- Sorbitol: Este indigerible azúcar se usa también como edulcorante artificial en los productos dietéticos y alimentos “sin” ¿Estás a dieta? ¡La cloaca humana!

Otros ingredientes pedo-productores incluyen las fibras y almidones presentes en comidas como el maíz, trigo y patatas. A pesar de que las grasas y las proteínas no causan gases, pueden retardar la digestión de un alimento, lo que da a nuestras queridas y simpáticas bacterias "fabrica-cuescos" más tiempo para generar gas a partir del resto de lo ingerido ¡Gas gran reserva!

Pues ya sabéis, dejad de luchar contra lo inevitable: los pedos están dentro de vosotros y quieren salir, por lo que no mostréis resistencia y permitidlos vivir la vida (eso sí, no os paséis con los pedos-ninja ¡Silenciosos, pero letales!).

Recreación de un buen pedo hecha en laboratorio.