El pasado martes me dio por echar un ojo a la cartelera y, para mi absoluta indignación, descubrí que la cuarta película de la saga "Rambo" había desaparecido de la gran mayoría de cines de la zona. Solamente en el Yelmo Cineplex de Parla (tenían que ser ellos, los parlitas), en dos únicas sesiones (20:25 y 22:40) y con fecha límite hasta el día de hoy, tenía la posibilidad de visionar en pantalla grande este icono ochentero.
Pese a llamar a mi hermano y recibir una rotunda negativa (que si es muy tarde, que me entra sueño, que estoy viciado al Ogame,...), pensé que Sly es mucho Sly y aunque fuese solo, tenía que verla antes de que la retirasen completamente de las salas (¡Para poder enchufarnos mierdas como "10000", "El último justo" o "27 vestidos"!).
Así que a las 22:30 allí estaba yo, después de haber pagado 7 pavos y con toda la sala para mí, deseoso de asistir al espectáculo que Mr. Stallone, a lo Juan Palomo, guioniza, dirige y produce. Después de un trailer guarrero de la última basura de Nicolas Cage (“Bangkok No-sé-que”) y otro de la trigésima adaptación de una novela de Stephen King (“The mist”), apareció el logo de “Manga Films” iniciando de esta forma la peli del coleguita John.
¿Y qué me encontré? Pues una salvajada como hacia tiempo que no veía, con un Rambo desatado que mata más y mejor que nunca, y en la que podemos presenciar mutilaciones, desmembramientos, evisceraciones y descuartizaciones de todo tipo. Aquí cualquiera puede cascarla, ya seas niño (que te trincharán con la bayoneta o pisotearán la cabeza) o misionero (¡Tus pies servirán de alimento a los cerdos!). Igualmente resaltar los calibres utilizados en los tiroteos, que revientan extremidades como si fueran melones ¡Qué burrada, oiga! ¡Trozos de carne y apéndices corporales revoloteando como pajarillos por cortesía de nuestro amigo Johnny!
Pese a llamar a mi hermano y recibir una rotunda negativa (que si es muy tarde, que me entra sueño, que estoy viciado al Ogame,...), pensé que Sly es mucho Sly y aunque fuese solo, tenía que verla antes de que la retirasen completamente de las salas (¡Para poder enchufarnos mierdas como "10000", "El último justo" o "27 vestidos"!).
Así que a las 22:30 allí estaba yo, después de haber pagado 7 pavos y con toda la sala para mí, deseoso de asistir al espectáculo que Mr. Stallone, a lo Juan Palomo, guioniza, dirige y produce. Después de un trailer guarrero de la última basura de Nicolas Cage (“Bangkok No-sé-que”) y otro de la trigésima adaptación de una novela de Stephen King (“The mist”), apareció el logo de “Manga Films” iniciando de esta forma la peli del coleguita John.
¿Y qué me encontré? Pues una salvajada como hacia tiempo que no veía, con un Rambo desatado que mata más y mejor que nunca, y en la que podemos presenciar mutilaciones, desmembramientos, evisceraciones y descuartizaciones de todo tipo. Aquí cualquiera puede cascarla, ya seas niño (que te trincharán con la bayoneta o pisotearán la cabeza) o misionero (¡Tus pies servirán de alimento a los cerdos!). Igualmente resaltar los calibres utilizados en los tiroteos, que revientan extremidades como si fueran melones ¡Qué burrada, oiga! ¡Trozos de carne y apéndices corporales revoloteando como pajarillos por cortesía de nuestro amigo Johnny!
Respecto al argumento, pues… muy cutre, la verdad. Un John Rambo hasta el culo de botox y hormona de crecimiento que se dedica a vender serpientes en Tailandia, acepta el encargo de unos gafa-pasta iluminados de llevarlos a Birmania en plan médicos sin fronteras (lugar que ya nos han dejado claro al principio de la película que es malo, malo). Cuando son capturados (algunos masacrados junto a los aldeanos a los que estaban dando el coñazo), vuelve a hacer de transportista para llevar a un grupo de mercenarios (bastante deplorable, la verdad) a su rescate. Y es ahí donde se da cuenta que lo de balsero no le mola nada y que lo suyo es la matanza pura y dura, por lo que agarra su machete y se apunta a la fiesta. A partir de aquí, sangre, huesos e intestinos inundan cada fotograma (muere hasta la niña de Rajoy) para que al final, John observe el infierno que ha desatado y decida volver a casa en un claro homenaje a “Acorralado”, completándose el circulo y dando un final propicio a la saga.
Esto es básicamente “John Rambo, vuelta al infierno”: una hora y diez minutos de barbarie que cierran una serie que, nos guste o no, ha dejado su huella en el corazón de muchos nosotros ¡Bye, Johnny! (Sr. Rossi, ¡Te acabo de dejar un canal nostalgia para dentro de 10 años!).
"Creo que te sobra la nuez ¿Me la das?"
5 comentarios:
Por si acaso, me gustaría aclarar que no soy nada partidario de guerras, matanzas y demás burradas que al ser humano le gusta practicar con los suyos.
Simplemente he comentado una película tal cual es y, aunque la disfrutase, ni significa que sea partidario de la violencia por la violencia, ni se me pone dura al ver una cabeza reventar de un balazo ¿De acuerdo?
jajajaja joder julio, me encanta que des explicaciones hasta por esto tio, yo tambien soy amante de rambo, la jungla de cristal y la saga saw y por eso no me gusta secuestrar gente y torturarla en pruevas super sadicas, la guerra no nos gusta ni a ti ni a nadie.
Me imagino que este hombre terminara como George Foreman, anunciando algo en teletienda, por que ya no esta pa estos trotes, a ver si veo la peli.
rammmmbooooo la tengo que ver
la del bardem no me gusto. un abrazo a todos
Rambo, rambo, rambo, gritaba uno y nosotros de canis en el cine flipandolo, que razon tenia el loco en su locura. Yo como Jeulin de Ubrique, que decia que solo tenia dos idolos, arconada y silvester stallone, pues eso, sly entre rocky y rambo que ratos nos has hecho pasar. Esquirol que te fuiste solo a verla.
Ah, no quisiste venir...
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