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viernes, marzo 21, 2008

POESÍA RELIGIOSA

Dado que estamos en Semana Santa y las fechas lo piden así comenzamos hoy una serie de post (tal vez sea aventurado decir serie cuando serán dos, tres a lo sumo) sobre cultura y religión. Estas dos, pese a quién pese, han ido juntas de la mano durante siglos y siglos. De hecho la Iglesia católica ha sido guardiana de la cultura occidental durante mucho tiempo. Pero esa es otra historia que no voy a contar hoy ni ahora, ni tal vez nunca.

Hoy quiero hablar de la poesía religiosa. Como sabéis la poesía ha estado dedicada a todo lo humano y a todas las emociones sublimes que los humanos hemos percibido o notado o deseado. Así, la religiosidad, la fe, es una emoción profunda, honda y fascinante que muchos han trasladado en hermosos y emocionantes poemas.

De ley sería comenzar por la Biblia, pero como no soy experto en el tema, sólo pediré que la hojeéis de vez en cuando, que no hace daño y puede hacer mucho bien. Ya sea El Cantar de los Cantares, El Himno de la Caridad o tal vez Las Lamentaciones de Jeremías.

Pero vamos más a fondo en el tema. Hablar de poesía religiosa en español es hacerlo de los místicos españoles del siglo XVI y XVII. Nos referimos claro está a Santa Teresa de Jesús, Fray Luis de León y sobre todos a San Juan de la Cruz. Seguramente todos conoceréis alguna frase o poema de todos ellos. El más importante es sin duda San Juan, tal vez el mejor poeta que nunca haya dado la lengua española. O al menos quien escribió el más hermoso de cuantos en nuestra lengua han sido: El Cántico Espiritual. Basado en El Cantar de los Cantares bíblico, nos cuenta la búsqueda de un amado y una amada (Dios y el alma). Pero es esta una búsqueda que transciende de los religioso, de lo moral para convertirse en carnal, amoroso, de una realidad amorosa inusitada. Hay multitud de versiones, incluso alguna cantada. Haceos con una.

Pese a la gran fama del Cántico me gustaría recomendar otro poema de San Juan, Llama de Amor Vivo. Fascinante poema de reunión con Dios, pero de nuevo bajo la apariencia de una unión humana aún más vibrante que la anterior: “Oh llama de amor vivo que tiernamente hieres de mi alma en el más profundo centro”. Y si queremos rizar el rizo, por supuesto La Noche Oscura: “En una noche oscura, de ansias en amores inflamada, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada” (cito de memoria y puede que me equivoque en alguna cosa). Entiéndase estos poemas como poemas de amor profundo sincero, hondo y doloroso. De amor a Dios y por Dios. Pero no son pocos los que trasladan ese amor de Dios a una mujer o un hombre. Y el resultado es fascinador.

De los místicos podríamos pasar al siglo de oro, rico en matices panteístas y mitológicos, pero que deja, al final ya casi, una estela de poesía religiosa proveniente de dos de las voces más características de la época: Quevedo y Góngora.

Y pasemos de aquí en un salto largo y desconsiderado al siglo XX. Muchas son las voces que se han alzado desde la poesía para alabar a Dios y a su obra. Podemos citar nombres: José García Nieto, Dionisio Ridruejo, Luis Rosales, obras, La Casa Encendida, La Red y demás. Buscad y encontraréis. Como la poesía evoluciona con los tiempos así también la poesía religiosa y podemos encontrar brotes de vanguardismo incluso entre estos poemarios.

Pero resulta que con el pasar del tiempo la poesía religiosa se transforma vivamente y cabe dentro de ella manifestaciones de otra forma de relación con Dios, su obra y su amor. Así la conocida Saeta de Antonio Machado “No eres tu mi cantar no puedo cantar ni quiero a ese Jesús del madero sino al que anduvo en la mar.” Cantando a otro Dios distinto. O la difícil relación entre Blas de Otero y Dios que queda reflejada en Ancia (Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia en sus títulos sin comprimir y tan aclaratorios).

Por último terminar con una forma de relación con Dios sumamente distinta, una forma íntima y cercana, una forma cariñosa y humana de relacionarse con ese Dios adorado y alabado. La que refleja en sus poemas José Antonio Muñoz Rojas que comienza su poemario Entre otros olvidos diciendo: “Señor que me has perdido las gafas” He ahí un Dios cercano y amado, un Dios cotidiano para todos los días y momentos. He ahí a Dios.

(Perdonad la extensión y lo poco que hablo de algunos poetas, si alguien tiene alguna duda que me pregunte. Si hubiera hablado de todos de la misma forma hubiera sido este un post demasiado largo.)

San Juan de la Cruz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde la noche de los tiempos,arte, poesía,religión y sensualidad han tenido intersecciones y búsquedas conjuntas...Son caminos que conducen a una misma esencia...

Devil'sLtleSister dijo...

Sí, claro, la Iglesia Católica cuidó la cultura occidental, o más bien la que sobrevivió a su oleada de matanza, terror y miseria! ASCO es lo único que puede provocar semejante institución de maldad y negligencia!

Devil'sLtleSister dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.