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sábado, marzo 15, 2008

DESEO

Dice el budismo, simplificándolo mucho cierto es, que la felicidad se encuentra más fácilmente cuanto más seamos capaces de controlar nuestro deseo. Es decir, que la supresión del deseo lleva la felicidad.

En unos tiempos como los actuales, parece que todo el sistema económico y social se basa precisamente en lo contrario, en la sublimación del deseo y la objetualización concreta de ese deseo bien en objetos de consumo, bien en ambiciones personales, bien en la persona “amada” (más bien deseada).

Por tanto parece que es más sencillo alcanzar la felicidad cuánto más deseemos (conseguir no siempre es necesario). Así deseamos objetos que no siempre nos son necesarios o útiles, que deseamos simplemente por tenerlos o por la condición social que nos harán alcanzar. Recordemos el comienzo de Trainspotting: compra un coche, compra una casa, compra una tele grande que te cagas.

Resumiendo, el deseo y su realización nos llevan a una nueva supuesta felicidad. Digo supuesta porque el deseo es un círculo vicioso que nunca termina y después de conseguir una cosa se desea otra y luego otra. Es el deseo, la ambición de tener la que mueve el mundo.

El deseo choca, paradójicamente, de forma frontal con la realidad. En el deseo parece que todo nos hará feliz, desde esa televisión hasta esa chica que pasa sonriente, pero luego nuestras expectativas no se cumplen y la chica que nos sonríe deja de ser deseable. Este viene a ser uno de los mensajes de La realidad y el deseo de Luis Cernuda.

Por tanto esa objetualización de la realidad no nos hace felices, sino más bien lo contrario. Nos hunde en un mar de consumismo infinito que acaba con nuestra paciencia, nuestra cuenta corriente y nuestra felicidad.

Como bien dice mi amigo El Macho Alfa, conocido también como Julio, somos finalmente animales, y suprimir el deseo es sumamente difícil. Todos tenemos un objeto, una razón, una persona que nos enciende el deseo de manera infinita.

En mi caso personal los objetos de Waterman o Cross y los libros me encienden y por más que pienso en Buda y en la supresión del deseo no siempre funciona.
Por otra parte, hay otro punto, como bien sabe El Macho Alfa, que nos enciende: el sexo. Como animales el deseo sexual es consustancial a nuestro devenir. “Pienso en tu sexo…” que dice el poema de César Vallejo. Y pienso ahora en mis profesoras de aquaeróbic y en el 90% de la población femenina de Illescas en edad de merecer. Animal al fin y al cabo.

¿Cómo vencer el deseo? No lo sé, sinceramente. ¿Hemos de vencerlo? No lo sé, a veces las endorfinas que segregas con él son deliciosas. Lo bueno, como siempre es el punto intermedio. Y cada cual tiene el suyo. Buscadlo. Es mi único consejo.

Este post de los Idus de Marzo está dedicado a Almudena, en su 29º cumpleaños. Para ella que no podrá leerlo ni saber que fue un día escrito.

Mi precioso objeto de deseo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Poned tetas. Os pega más ser guarros q intelectuales.

aun asi sois la polla.
Muchos saludos desde madrid centro

Anónimo dijo...

por cierto, podria colaborar en vuestro zine? me dediko al diseño.

P.S.del Cerro dijo...

Anoche me termine un libro (el cual os recomiendo) y curiosamente habia anotado esta cita:"... en este mundo, nada hay tan cruel como la desolacion de no desear nada". HARUKI MURAKAMI-CRONICA DEL PAJARO QUE DA CUERDA AL MUNDO.

Creatura dijo...

Gay man... (desde luego tu nick se las trae en cuanto a seriedad)... puedes colaborar siempre que quieras y nosostros tengamos espacio.

Ponte en contacto con cosotros a través de creatura_fanzine@hotmail.com y hablamos, ¿Ok?

Julio Vegas dijo...

¡Macho Alfa! ¡Ja,ja,ja!