La exaltación de la amistad es cosa propia de cierta etapa de intoxicación etílica. Y yo que no bebo ni lo he hecho nunca, tengo que decir que no he sentido esa cosa casi dramática de exaltar la amistad, de decirle más o menos “te quiero” al tío que tienes al lado cuando estás mamado. O darle abrazos hasta dejarle marcadas las huellas dactilares en la espalda.
No. Pero aún así siento esa cosa de la amistad, no exaltada, sino desde ese otro punto de vista desde el que se observa la vida cuando no vas borracho. Siento quiénes son mis amigos, aunque no entienda por qué lo son. Siento su cercanía, su simpatía y todas esas cosas un poco cursi que no es plan ponerse a decir.
Por lo tanto ¡Viva la amistad! En un plan más cultural, que es el que pedís a este blog, he de decir que hay varias “generaciones de la amistad” en la literatura española. La que se conoce así propiamente es la formada por los poetas del 50, también se le llama “generación del 50” y estaba formada, pues la mayoría de sus componentes han muerto, por Ángel González, Claudio Rodríguez, José Hierro e incluso Jaime Gil de Biedma. No doy hoy títulos, buscad y encontraréis.
Pero la generación de amistad que yo mejor conozco es la de Tono, Mihura, Neville y López Rubio. Falta un nombre en esta relación de la conocida como “otra generación del 27” que es Jardiel Poncela. Pero es que Jardiel no era muy amigo de sus amigos. Estos cuatro hombres, sobre todos los tres primeros, se inventaron el mejor cine español de los primeros 50, el mejor teatro, las mejores revistas y, en definitiva, el mejor humor. Y siempre fueron amigos. Y hasta casi se pusieron, Tono y Mihura, de acuerdo para morir. Buscad sus películas, sus revistas, sus libros, sus anécdotas, todo lo que tiene que ver con ellos vale la pena.
Así que dedicado a mis amigos (me abstengo de dar nombres que llenen este post, ellos deben saber quiénes son) que tan bien me cuidan y a tantos refrescos me invitan queda aquí este post. Por ser como son, leche.
No. Pero aún así siento esa cosa de la amistad, no exaltada, sino desde ese otro punto de vista desde el que se observa la vida cuando no vas borracho. Siento quiénes son mis amigos, aunque no entienda por qué lo son. Siento su cercanía, su simpatía y todas esas cosas un poco cursi que no es plan ponerse a decir.
Por lo tanto ¡Viva la amistad! En un plan más cultural, que es el que pedís a este blog, he de decir que hay varias “generaciones de la amistad” en la literatura española. La que se conoce así propiamente es la formada por los poetas del 50, también se le llama “generación del 50” y estaba formada, pues la mayoría de sus componentes han muerto, por Ángel González, Claudio Rodríguez, José Hierro e incluso Jaime Gil de Biedma. No doy hoy títulos, buscad y encontraréis.
Pero la generación de amistad que yo mejor conozco es la de Tono, Mihura, Neville y López Rubio. Falta un nombre en esta relación de la conocida como “otra generación del 27” que es Jardiel Poncela. Pero es que Jardiel no era muy amigo de sus amigos. Estos cuatro hombres, sobre todos los tres primeros, se inventaron el mejor cine español de los primeros 50, el mejor teatro, las mejores revistas y, en definitiva, el mejor humor. Y siempre fueron amigos. Y hasta casi se pusieron, Tono y Mihura, de acuerdo para morir. Buscad sus películas, sus revistas, sus libros, sus anécdotas, todo lo que tiene que ver con ellos vale la pena.
Así que dedicado a mis amigos (me abstengo de dar nombres que llenen este post, ellos deben saber quiénes son) que tan bien me cuidan y a tantos refrescos me invitan queda aquí este post. Por ser como son, leche.
7 comentarios:
A veces, en la inlucidez de la borrachera, ves las cosas más claras que con toda la serenidad del mundo.
Esto...
...gracias Rubén, porque yo no se si me sientes tu amiga, pero yo si te siento mi amigo.
Gracias también por soportar nuestras exaltaciones de la amistad y manifestaciones varias que sentimos en esos momentos de fiesta.
Como me considero tu amigo y creo que tu me consideras el tuyo, pues muchas gracias por el post, de verdad. Todo un detalle.
Por otro lado, ¿Quién es este "Merkamadrid"? Porque yo no sé si lo que ha puesto se lo debe tomar uno bien o mal. Creatura, anda, pon un poco de orden.
Churi, tío, es una gran mentira eso de que los borrachos y los niños dicen la verdan. Los niños son unos mentirosos manipuladores y los borrachos también, (mi visita al Red el viernes lo confirma, cuántas parejas no habrán surgido de una borrachera llena de mentiras y otras cosas que no se puede decir.) Ahora, entiendo que algunos veáis claro en cierto momento de la noche. Yo no lo veo claro nunca. Y creo que Merkamadrid tampoco.
Cristina, gracias siempre a ti. Aguantaros a vosotros es mucho más fácil que aguantarme a mí.
Julio, de nada, hombre.
A todos los demás, perdón, pero es que a veces me sale una vena cursi...
Merkamadrid, te voy a eliminar el comentario por largo, confuso e insultante
Querido amigo:
Tengo que especificarle que Jardiel fue siempre intimísimo de López Rubio y viceversa.
En cuanto a Mihura la cosa fue distinta. Fueron amigos cuando ambos colaboraban en "Gutiérrez", pero luego Jardiel acusó (con razón) a Mihura de plagiarle y por eso la cosa se enfrió. Por lo demás, su artículo es excelente y le felicito.
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