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lunes, febrero 23, 2015

INCENDIES, BÚSQUEDA Y TENSIÓN


Una película de Denis Villenueve es una promesa de tensión. El director canadiense podría ponerte tenso, con esa tensión del miedo a la violencia, a la pérdida de la propia vida, contándote la comunión de su hijo. Así, su cine, con mucha personalidad, acumula tensión en el espectador que ve el final con alivio pues ya ha acabado su sufrimiento, al menos en parte, pues algo de la historia se queda siempre flotando en torno a la cabeza del que ha visto la película.

En Inciendies, su primera película conocida en España, aunque no la primera de su filmografía, encontramos lo que después tanto éxito y nombre le han dado en sus otros trabajos, Prisioneros y Enemy. Unos movimientos de cámara muy particulares, un color desvaído, una realidad casi sucia y una mezcla muy cuidada entre el sonido y la banda sonora.

La historia, dos búsquedas distintas, una madre que busca a su hijo y unos hijos que buscan a su hermano y a su padre, entre una zona de guerra y con mentalidades hostiles, en manos del director canadiense da para mucha tensión, para muchos momentos de pánico y dolor.

La resolución, tal vez más esperada y lineal que en otras de sus películas, casi propia de una tragedia griega, deja en el espectador una sensación de desvalimiento, de que el miedo y el dolor han acabado en un vacío, igual que en el vacío van a acabar las vidas de los personajes, marcados para siempre por su pasado, por sus actos o su procedencia.

Una película que cuenta una historia como tantas que pueden haber sucedido durante una guerra, con ese toque de teatro griego que el cienasta sacó de una novela de Wajda Mouawad, pero a la que da su toque personal, su tensión particular, que provoca en el espectador gusto y desagrado al mismo tiempo. 


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