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miércoles, abril 04, 2012

4 DE ABRIL

La ciudad huye de sí misma. Yo me quedo donde siempre. Llueve dulcemente y salgo a pasear bajo esta lluvia tierna y dulce. La lluvia moja todo muy despacio. A mí también. Es una sensación extraña esta de la lluvia dulce tocando mi pelo y goteando mis gafas. Había olvidado toda sensación de agua que no fuera la de la ducha. Agua fría y libre.
Te echaré de menos bajo la lluvia. Ya no es como antes. Me gusta echarte de menos. Alejado de la tristeza y el dolor, alejado de ti y de tu compañía y tus ojos azules. Me gusta echarte de menos. La espera forma parte de la alegría. Estos días sin verte no serán de espera, serán de premonición, de imaginación. Pensaré mirando la lluvia como será volver a tenerte.
La lluvia es tierna y dulce como tus ojos. Ahora estarías aquí hablando de la lluvia y de las veces que no llevas paraguas, o de lo bonito que es el paraguas de esa niña que pasa junto a nosotros. La lluvia es tierna y dulce. Tus ojos también. Todo se moja lentamente. Reconozco el olor a tierra mojada. El mundo parece contento.  





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