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jueves, mayo 23, 2013

ZOO O CARTAS DE NO AMOR. UNA NOVELA EPISTOLAR

Solamente con cartas construye Viktor Shlovski Zoo o cartas de no amor. Es una novela epistolar. Una novela hecha a base de cartas de amor que no pueden hablar de amor. Pero también es una novela que cuenta la historia del destierro de los exiliados rusos tras la revolución Bolchevique de 1917, la novela de la añoranza de un país y una cultura que le están prohibidos al autor.

Shlovski, intelectual ruso, fundador del formalismo ruso (lo que supuso el nacimiento de la teoría de la literatura como materia autónoma y que habla de la independencia de la obra literaria frente a su autor e incluso su contexto), ha de huir de su país tras la revolución. Acaba exiliado en París junto con muchos rusos más. Allí conoce a Elsa Triolet, futura mujer de Louis Aragon, de la que se enamora.

Ella no le corresponde. De ese amor no correspondido, Shlovski escribe esta novela. Por las cartas que él envía, sabemos que ella le ha puesto dos condiciones para seguir recibiendo sus cartas, la primera es no hablar de amor, la segunda es no verla. Aún así él le escribe cartas. Y como no puede hablar de amor, habla de literatura y de la vida de los literatos y artistas rusos exiliados en Berlín.

Pero también le habla de teoría literaria. De mecánica. De su vida pasada. Y cómo no, le habla de amor. Del amor que siente por ella, pero también de la teoría del amor, de cómo él entiende que es el amor.

Son cartas llenas de intimidades de los artistas rusos. Pero también de intimidades del autor. Y de reflexiones sobre la palabra, la literatura y el amor. Son cartas de nostalgia y de frustración. Cartas de sumisión y de negación. Ella también le escribe cartas. Le dice que es muy divertido. Pero que no soporta su amor.

Shlovski traza así una novela atípica, en la que toda la acción y los personajes se desarrollan a través de las cartas que se envían. Pero es una novela muy interesante, contada de otra manera, con recursos atípicos para una novela amorosa. Una novela en la que sabemos el resultado de antemano. Sabemos que Alia (el nombre de Elsa Triolet en la novela) nunca querrá a Shlovski. Él también lo sabe, y aún así, le manda cartas para que ella se divierta. Cartas que no hablan casi nunca de amor, pero que sin nombrar esa palabra ni ese sentimiento, están cargadas de un amor latente que se esconde en cada metáfora, en cada historia no amorosa que cuenta Shlovski.

Finalmente, Elsa se marchará a París y Shlovski recibirá un permiso para volver a Rusia, sin la que se siente vacío. A partir de la llegada de Stalin al poder, en 1930, Shlovski es obligado a retractarse de todo lo escrito anteriormente (sobre todo de sus estudios de teoría literaria) y no podrá publicar nada hasta la muerte del dictador, en 1953.

Una cima de la novela epistolar, tan difícil de escribir y de desarrollar. Un documento de estética e historia de la literatura. Y sobre todo la historia de un hombre que no puede ser amado por una mujer, un hombre que ni siquiera puede hablarle de su amor.

(Shlovski, Viktor, Zoo o cartas de no amor, Ático de los libros, 19 euros)



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