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miércoles, junio 22, 2011

22 DE JUNIO

Se alegra el corazón la ciudad soleada. Sopla un viento dulce que no puede con el calor, pero que mece los árboles. Miro los árboles mientras pasa la ciudad a mi lado. Tiene una cara apenada. El calor agobia la ciudad y su corazón parece más puro. El sufrimiento produce ese efecto. Da pureza a los que lo sienten.

Sufre la ciudad el sol y busca la sombra el corazón de los hombres. El calor y la piel que se tuesta y tu escote que me daba miedo. Lo miraba desde lejos y no me atrevía meter ahí la mano. Tu escote era moreno y tus pechos desnudos junto a mí tenían dos colores. Una zona sombreada y una clara. Era como si tu corazón marcara las fronteras. La zona negra y la blanca. Una zona pública y una zona mía.

Sufre la ciudad y se alivia en las sombras, en lo oscuro, en los mares de saliva y sangre, de maldad e impurezas. Los hombres tienen ahora una excusa. El calor no me deja pensar. Sólo deja que mire, que te vea. Aunque no sepa ni quiera saber quién eres, dónde vas, cuántos años tienes.

Se alegra el corazón la ciudad soleada. Tus recuerdos se han vuelto más vívidos con el sol. Tus pechos. Tus piernas. El frío y el calor de tu cuerpo. Sé que no volveré a verte.



1 comentario:

Lury dijo...

Simplemente.... me encanta!