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sábado, junio 11, 2011

ENCUENTRO

Un día la vi venir de lejos. Pero decidí no cruzarme con ella. No fue un acto exactamente premeditado. Simplemente giré por otra calle intentando que no me viera. No sabía qué decirle. No sabía cómo decirlo. Así que simplemente giré por otra calle. No sé si me vio. No me lo dijo. Pensé después en que un día habríamos de vernos. Sin remedio. Esta no es una ciudad grande. Así que es muy fácil cruzarse con alguien. Y pensé en qué le iba a decir. Había conseguido no mandarle ningún mensaje. Los escribía y los guardaba. Pero no los mandaba. Ella tampoco. El último que me mandó es de una semana antes de romper. Era una broma. Siempre nos mandábamos tonterías en los mensajes. Nunca la decía que la quería en ellos. Por eso tal vez fue más fácil no decírselo después. Aunque los mensajes que escribía eran tiernos. Pensar cómo actuar delante de ella era difícil. Porque ya no éramos para el otro lo que fuimos. Aunque siguiéramos siendo los mismos.



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