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martes, noviembre 18, 2014

EL REVERSO DE LA FEMME FATALE


Cada cierto tiempo se anuncia en los medios la recuperación de la femme fatale, de esa mujer que lleva a los hombres a la perdición. Ese anuncio hace inevitable que se piense en Mary Astor o en Barbara Stanwyck, en sufrimiento y dolor y en hombres que sucumben ante los encantos de esas mujeres.

Pero al otro lado de ese personaje hay en la ficción y en la vida otro personaje femenino que tiene asociado la pasión y el amor desmedido y el sexo y el sufrimiento. Es la mujer obsesionada con un amor maligno y pernicioso, un amor doloroso que la hace abandonarlo todo por él una y otra vez.

El ejemplo más evidente de este amor, tanto de la ficción como de la realidad es el de Juana I de Castilla o Juana La Loca. En la serie Isabel y también en las películas, Locura de amor o Juana La Loca vemos el trastorno monomaníaco de esa mujer que por amor, un amor furioso y excesivo que le costó terminar sus días encerrada en un convento.

El mismo tipo de amor (de trastorno podría decir alguien) encontramos en El amante de Lady Chatterley novela de D.H. Lawrence. La historia de una mujer de la nobleza inglesa que tras la vuelta de su marido de la guerra mutilado y traumatizado, empieza una relación tórrida, sexual y prohibida con un empleado de su marido. Una mujer que abandona su vida de comodidad y frustración por ese amor loco y furibundo que siente por el hombre que la vuelve loca con el sexo y con su actitud distante y tosca. Una novela que estuvo prohibida durante mucho tiempo por su inclusión de escenas sexuales.

Y lo mismo podríamos decir del último gran éxito editorial dentro de la novela romántica, Cincuenta Sombras de Grey, una novela que habla del amor desatado y destructivo que una mujer siente por un hombre y de la dominación que en todos los planos él tiene sobre ella.

Al otro lado de la femme fatale está esta mujer alocada y abrumada por sus sentimientos, por su sexualidad y su obsesión, un amor que lleva a la locura y al dolor y que pese a que parezca sólo territorio ficticio, también se puede encontrar en la realidad.




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