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miércoles, noviembre 16, 2011

16 DE NOVIEMBRE

La ciudad me revuelve las tripas. Su suciedad y su hedor me dan ganas de vomitar. La realidad vertida por todos lados, pervertida por todas partes remueve mis entrañas. Ver las cosas tal como son, la falsedad del amor, la estupidez de la gente, la intolerancia de los intelectuales, la falta de vergüenza de los malvados, de los que cometen errores, de los que follan sin amor, de los que usan el dinero para justificarlo todo, para hacerlo todo; me revuelve las tripas.
Así que me estoy vengando de la ciudad y de su realidad. Estoy escupiendo en su cara asquerosa. Castigando a las adolescentes. Maltratando a los sinvergüenzas. Golpeando a los lujuriosos y los pecadores, a los sanguinarios y sangrientos, a los injustos. La ciudad no me conoce y no me teme, pero estoy acabando con sus llagas purulentas.
El trabajo será atroz. El trabajo será largo. Peor que intentar buscarte. Peor que no saber donde estás y buscarte por las calles y no encontrar más que odio y rencor y asco. Todo es asqueroso sin ti. Todo lo es sin tus brazos esperándome. Pienso en que serán otros los que te abracen. Y piso la ciudad con más fuerza. Y piso la ciudad hasta estrangular su cuello de alcantarilla.
La ciudad me revuelve las tripas. No admitirá que yo soy su héroe. Que yo soy su salvador. Como tampoco tú admitías que me amabas más de lo que nunca lo hiciste con ningún otro. Yo sólo te he amado a ti.




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