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domingo, junio 17, 2012

ÚNICA PREOCUPACIÓN

Sonia y Miguel han hecho el amor todas las noches de la semana. Ninguno de los dos está agotado o cansado. Ninguno ha dado muestras de hastío. Ninguno se ha cansado de los gestos, de los sonidos, de las partes del cuerpo. Miguel se sigue excitando cuando ella se le pega, es bajita y le llega un poco por encima del pecho. Él la acerca con mucha fuerza y ella gime un poco.
Juegan con el teléfono. Hablan estando juntos, en la oficina. Se mandan mensajes insinuantes. Juegan a ser amantes. Juegan al deseo. Se encuentran cuando están excitados, cuando el juego ha dado resultado, cuando está en su mayor esplendor.
La semana ha sido calurosa. Sus cuerpos chorreaban sudor. Brillaban. Miguel, después de dejar la casa de Sonia, estando él solo, en el coche, en su casa, corriendo, ha sonreído sin motivo. Se ha acordado de lo que ha hecho. O de lo que ha hecho. De lo bien que lo han pasado. De cómo ella se ha mostrad contenta.
Sólo se preocupa Miguel cuando piensa en el amor.







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