Publicidad

lunes, diciembre 27, 2010

COLAS

Caminaba alegremente por la calle, lanzando besos a las señoras y guiñando el ojo a todo el mundo además de haciendo zapatiestas y otras locuras propias de mi edad y condición, cuando vi mi camino interrumpido por una persona. Y lo peor es que detrás de esa persona había otra y luego otra y luego otra y así hasta donde me alcanzaba la vista. Un atasco, pensé, así que me quedé allí parado esperando a que avanzara la cosa.
Tras un rato avancé casi dos metros, esto marcha pensé y traté de confraternizar con el resto de mis acompañantes, pero como me lanzaron un mordisco y un puñetazo ya vi que no estaban por la labor. Tal vez fuera por el hecho de que les toqué en partes prohibidas. En fin. Cosas.
Una hora más tarde la cosa estaba muy avanzada y dos más tarde entré en un local con pinta extraña, donde había números por todas partes. Pensé que había entrado dentro de una calculadora, pero no, había allí dentro una señora que me dijo que eligiera un número, así que dije el 7 y me dio un boleto, pero luego me obligó a darle 20 euros, yo le exigí como mínimo un beso por ese precio y me dijo que qué me había creído, así que me llevé mi boleto a casa con mucho cuidado, me había costado 4 cubatas y eso es demasiado. Cosas de la vida.



No hay comentarios: