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jueves, febrero 26, 2009

LAS VIDAS DE RUBÉN BRAVO, cuatro

De todas las vidas de Rubén Bravo la más absurda era la que vivía con Cristina y con Julio. Normalmente más con Cristina. Era la vida de la noche. El más falso de todos los momentos del día. No se sabe si por el consumo de sustancias. O por la conveniencia. O por las hormonas. Pero falsa.
Y, vista desde fuera, como a veces la veía Rubén y a veces la veían Julio y Cristina y contándosela, recontándosela, entre todos, parecía la vida, aparecía la vida, como una comedia de lo más absurda.
Se vivían amores, bonitos todos siempre, absurdos por quienes eran los que se amaban y por cómo lo hacían y porque lo hacían hoy, ahora, pero no mañana, no después de la efusión grande y primera y única que tendrían unos minutos después.
Ser vivían amistades falsas. Abrazos comprometidos que no se podían dejar de dar. Fichas que se usaban y se gastaban y se seguían echando a pesar de no haber ya posibilidades de gastar fichas.
De entre eso habría también algo cierto y verdadero. Más allá de los gafas de los tres, a veces, otras ni eso, no parecía que lo hubiera.
Y esta vida absurda que todos vivían y que era divertida y fácil, sensual y simple, era vista así, más vivible y compartible. Era su vida más simple.

Noche, fiesta, todo lo demás

2 comentarios:

Unknown dijo...

a veces también es estúpida, cosas que pasan... joder la de vidas que tienes, más que un gato, al final va a resultar que tienes unas vidas interesantísimas si las juntas todas

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.