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lunes, febrero 08, 2010

LETRAS TRISTES VI

Como hoy llueve, es más fácil escribir canciones tristes. Me acuerdo de todas las cosas que me han pasado y el blues me sale solo.

Pienso en el sexo. En mis fracasos sexuales. En todas las mujeres que he insatisfecho. No son tantas, no porque las otras hayan quedado satisfechas (no creo que haya habido mujeres satisfechas en mi cama) sino porque, no nos engañemos, en realidad ha habido pocas mujeres.

Pienso en el asiento trasero de mi coche y que pasaron dos minutos. Tal vez menos. Y ya estaba. Y yo pensaba, pues esto del sexo mola, mola todo lo que lo rodea. Pero el hecho en sí mismo, no es para tanto. Y pienso en ti y en que me pediste el móvil para llamar a una amiga. O eso creo yo, que era una amiga. Y lo pongo en el blues. El sexo no es para tanto.

Pienso luego en la cama de ella y en la casa de su madre y en date prisa que va a venir. Y que tardé un poco más. Pero que ya daba igual porque a ella le dio un ataque de ansiedad, tuve que darle uno de mis lexatines e irme a casa, casi con la ropa en la mano.

Pienso también en que eras tan alta que tuviste que salir de mi coche que era muy pequeño. Y que tuvimos que ponernos de pie, como era verano tu descalza. Y que te gustó mucho más el cigarrillo de después que lo mío. Y pienso en que luego dijiste, ay mi niño, qué mono eres. Y me sentí un niño pequeño que había hecho una trastada. Y pienso en como sonaba la antena de mi coche golpeando el techo. Y le doy tres golpes a la guitarra, toc, toc, toc. Vaya blues me está saliendo.

Y pienso en mi mano. Y el blues se pone triste.


Reclinando los asientos de mi coche

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